Próspero Primus

Primer mundo

Tyberio Próspero fue el primero de los grandes héroes en cruzar una Puerta y convertirse en Primordial. Cuando llegó a su mundo, lo bautizó como Próspero Primus.

En él descubrió las Puertas que conectaban con los otros mundos, originalmente vacíos a la espera de que el resto de Primordiales los poblaran con su esencia. Así pues, Tyberio decidió numerarlos a todos, a la espera de que recibieran su nombre correspondiente cuando sus hermanos llegasen. De ahí que todos los mundos a parte de su nombre principal, conserven la numeración original que Tyberio les dio al visitarlos.

Inspirado en las culturas clásicas, destacando la civilización romana y griega. Es un mundo ordenado, repleto de leyes, derecho, filosofía, arquitectura. Donde el arte y la religión juegan también un papel muy importante. Sus dioses, aunque terribles y caprichosos, son dioses cercanos a su pueblo, con temperamentos casi humanos.

OctaviaPróspero es un mundo principalmente humano. La existencia de otras especies es casi anecdótica, al menos en lo que a ciudadanos se refiere. La mayoría de especies existentes como ogros, minotauros, sirenas (mujeres pájaro) y demás son considerados poco más que bestias salvajes o monstruos, y rara vez gozan de un medallón Nébula, ni cabida en la sociedad de Próspero.

Prospero Primus está actualmente regido por una Imperator, que actúa a su vez como Parangón. Por debajo de ella está el Senado, que ejerce como órgano de gobierno político, administrando los mandatos de la Imperator. Existen numerosos cargos dentro del órgano de gobierno. Para tener un cargo, se ha de tener el rango de ciudadano.

Para ser considerado ciudadano hay tres requisitos indispensables. El primero tener un medallón Nébula, el segundo ser residente de una de las ciudades del Imperio, y el tercero haber completado con éxito la formación civil y militar obligatoria.

Ser ciudadano de Próspero es una cuestión de vital importancia, ya que solo los ciudadanos tienen derecho a disponer de las reservas de Azur del Imperio, transmitir sus quejas e inquietudes al senado o estar amparados por las numerosas leyes que defienden a los ciudadanos por encima del resto de habitantes de Próspero. Sin embargo, no todos son beneficios, ser ciudadano también conlleva unas obligaciones. Como mayores impuestos o la posibilidad de ser llamado a filas.

El peor castigo es el despojo de la ciudadanía y el destierro, considerado mucho peor que la muerte.

Los habitantes de Próspero, gobernados desde siempre bajo las normas de Tyberio, consideran el asesinato como un tema tabú. Eso no significa que no sean fieros guerreros, al contrario, son una cultura tremendamente expansionista, y sus ejércitos son los más organizados y por tanto terribles. Sin embargo, son conocidos por no rematar a sangre fría a sus enemigos derrotados en el campo de batalla. Las muertes en la guerra son inevitables y no están mal vistas, aunque no se jactan de ellas. El asesinato es otra cuestión muy diferente.

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